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Universidad Nacional del Oeste

Educación pública y gratuita.

Las enseñanzas del Congreso de Oriente

Las enseñanzas del Congreso de Oriente

Autor: Dr. Néstor Forero, Prof. de la Escuela de Administración de la UNO

La situación general anterior al Congreso de Oriente

 Desde 1811 la Contrarrevolución dirigirá la agria política porteña contra José Gervasio  Artigas, por ser este el  verdadero representante de los intereses populares; de la mano de los Triunviratos primero y los Directores Supremos después, desarrollaron todas las hostilidades a su alcance hacia el caudillo, hasta el extremo de ofrecerle reconocerle su autoridad sobre la Banda Oriental (dejándole a merced de las apetencias brasileñas) a condición de desalojar las provincias de Entre Ríos y Corrientes y el renunciamiento expreso  a su argentinidad. Indigna oferta para el Protector de los Pueblos Libres que se consideraba un argentino oriental.
El sitio y posterior caída de la plaza de Montevideo, sin la intervención de Artigas y con la dirección de Alvear, motivó una nota enviada por el embajador británico asentado en Río de Janeiro, Lord Strangford, dirá al por entonces Director Supremo Gervasio Posadas: “le agradezco los esfuerzos que V.E. hizo para ejecutar las recomendaciones que yo le hice” y le propone que ahora que habían triunfado ante las tropas españolas era oportuno “retirarse de la contienda con honra y seguridad” de la Provincia Oriental.
 En aquel lejano año de 1814, Napoleón caerá definitivamente, dejando a América sola en su lucha contra los imperialismos y sus agentes interiores.  España, repuesto en el trono Fernando VII, recuperará por las armas buena parte del continente americano, y el Río de la Plata se verá cercado y acechado por las tropas imperiales.
En este estado de situación, el Director Supremo Posadas declarará traidor a Artigas  y ordenará que todos “los prisioneros sean tratados como asesinos e incendiarios, todos los oficiales, sargentos, cabos y jefes de partidas deben ser fusilados, la destrucción del caudillo Artigas es el único medio para terminar la guerra”.
Insostenible en su posición, por el desprestigio y la falta de consenso, el 9 de enero de 1815 renunciará Posadas  alegando que a sus 54 años, su  avanzada edad le impedía continuar en el cargo; que le será transferido a su sobrino, Carlos M. de Alvear, líder de la facción conocida como Logia Lautaro, que intentará gobernar por el terror. Durante su corta dirección se registrarán los siguientes y significativos hechos: a) su intento de reemplazo de su medio hermano, el Coronel José de San Martín en la Gobernación de Cuyo a manos del Coronel Gregorio Pedriel, (maniobra rechazada por los vecinos y cabildos de Mendoza, San Juan y San Luis); b) enviará al Dr. Manuel García para solicitar el Protectorado Británico a Lord Strangford, y c) gobernará rodeado de sus amigos de la logia, Nicolás Rodríguez Peña, su hermano Saturnino (a sueldo del erario inglés desde que facilitó la huída del Gral. Beresford tras su derrota en 1806), sus secretarios Herrera, Viana, Larrea, junto a Monteagudo, Álvarez Jonte, Donado, firmemente  convencidos que un gobierno fuerte e implacable los mantendría en el poder.
En marzo de aquel año de 1815, se sublevarán los indios de las reducciones santafesinas y quienes tenían la misión de cuidarlos, los blandengues, ambos emprenderán la marcha hacia Santa Fé, eligiendo como su gobernador al anciano estanciero Francisco Candiotti, amigo de Artigas; idéntica situación ha de vivirse en Córdoba, donde la clase pudiente (Funes, Bulnes, Díaz) se unirá a los desposeídos para luchar contra la política porteña al servicio de los intereses británicos.
Alvear enviará tropas al mando de Álvarez Jonte para reprimirlos, pero este al salir de la ciudad se sublevará y en carta al Director Supremo le dirá: “ V.E. debe conocer cuán inoficioso será derramar sangre de nuestros mismos compatriotas y compañeros de armas”, esto desatará la rebelión de Buenos Aires contra el Director, quien deberá negociar su salida, se embarcará en la fragata inglesa Haspur de la mano de Lord Percy y una vez instalado en Río de Janeiro, a resguardo de todas las pasiones desatadas, desentendiéndose de sus antiguos amigos, solicitará su reincorporación al ejército español. Sus amigos serán condenados al destierro.
Reemplazado por Álvarez Jonte en el cargo de Director, el 17 de abril de 1815, ondeará por primera vez la bandera azul y blanca en el Fuerte de Buenos Aires.

El Congreso de Oriente

Artigas y Álvarez Jonte intentarán un acercamiento entre Buenos Aires y el Protector de los Pueblos Libres, pero el mismo no ha de dar resultados positivos. El  29 de abril, el caudillo oriental  convoca en Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay, al llamado Congreso de Oriente o de Los Pueblos Libres, concurriendo representantes de Misiones, Corrientes, Santa Fé, Córdoba, Entre Ríos y la Banda Oriental. En notas al Gobernador de Misiones Andrés Guazurarí (Andresito, el General Guaraní)  y a Silva, Gobernador de Corrientes, los insta para que envíen delegados indígenas: “Yo deseo que los indios, en sus pueblos, se gobiernen por sí, para que cuiden de sus intereses como nosotros de los nuestros. Así experimentarán la felicidad práctica y saldrán de aquel estado de aniquilamiento a que los sujeta la desgracia. Recordemos que ellos tienen el principal derecho…”
El 29 de junio, en el Congreso de Oriente, se jura por primera vez la independencia “ante todo poder extranjero”. Definiendo como sistema de gobierno el Republicano, Democrático y Federal. Redactará un “Reglamento provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de su Campaña y Seguridad de sus Hacendados”, primera y verdadera Reforma Agraria por estos pagos. Allí en el art.6 se expresa: “Las autoridades en sus respectivas jurisdicciones revisarán los terrenos disponibles y los sujetos dignos de esta gracia; con prevención que, los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia los negros libres, los zambos de toda clase, los indios, y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados en suertes de estancias si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de su Provincia”.
En el art 11:”los agraciados deberán formar un rancho y dos corrales en el término preciso de dos meses” (para evitar la especulación). En el 12: “los terrenos repartibles son todos los de los emigrados, malos europeos y peores americanos que no se hallen indultados…” Art 19:”los agraciados no podrán enajenar o vender estas suertes de estancias ni contraer sobre ellas debito alguno bajo la pena de nulidad…” (Forma de resguardar a los trabajadores frente al poder financiero y oligárquico, que del otro margen del río, se apoderaría de las tierras de los gauchos a partir de 1822 con la ley de enfiteusis).
El 9 de setiembre dictará el Reglamento de Derechos Aduaneros donde pretende defender la producción nacional de los artículos de ultramar. Primera ley de defensa de la industria nacional. Quedan libres de gravámenes los libros, las imprentas, las máquinas y las armas.
Envía  a Buenos Aires a sus representantes, para acordar la paz, la colaboración entre ambas provincias y el llamado a un Congreso Constituyente con representación de todas las provincias, pero éstos serán confinados en  la fragata Neptuno. Sus propuestas serán rechazadas sin ser analizadas. En este estado, el 3 de agosto, los representantes presentarán un solo punto de acuerdo: “Habrá paz entre los territorios que se hallan bajo el mando y protección del Jefe de los Orientales y el Excmo. Gobierno de Buenos Aires”, pero tampoco es aceptado. Ya el gobierno porteño había enviado 1500 hombres al mando de Viamonte para someter la provincia de Santa Fé.
La paz era imposible entre dos proyectos de país diametralmente opuestos, el de la oligarquía portuaria y el federalismo popular.
Sería la primera vez, de una larga historia de derramamiento de sangre, de dominación y opresión de dos  proyectos de país irreconciliables.
Al cumplirse los primeros  200 años de la Primera Declaración de Independencia del Río de la Plata, debemos recuperar el testimonio, la memoria y el compromiso de estos verdaderos patriotas y recrear sus ideales. Reconquistarlos como misión histórica de nuestro país, recuperando parte de nuestro Patrimonio Cultural, sin el cual recuperar la Patria es solo una hueca serie de discursos, un desideratum de buenas u oscuras intenciones.
 Artigas, aislado y traicionado supo no escuchar los cantos de sirenas que se le ofrecían, y no cejó en defender con sus escasos recursos, Patria y Patrimonio, al fin de cuentas ambas palabras tienen la misma raíz lingüística y se complementan una a la otra.
Es bueno que no  olvidemos: No hay Patria sin Patrimonio, ni Patrimonio sin Patria, y sin ambas, no hay Pueblos Libres.

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